08 abril, 2018

NOS GUSTA EL COLOR MARRÓN, EL NARANJA Y... ¡EL ROSA!

SEMANA DEL 2 AL 6 DE ABRIL

¡AQUÍ ESTAMOS DE NUEVO FAMILIAS!


La fiesta de Semana Santa y los quehaceres familiares seguían presentes al inicio de la semana, ya que nuestras luciérnagas llegaron el lunes a cuentagotas, hasta llenar el cupo de ocho. Este fue el número que ocupó toda nuestra atención, pero venían con ganas de trabajar y disfrutar, así que nos pusimos manos a la obra.
Para esta ocasión, tenía preparado el segundo desafío que dará color y textura a nuestro cuento, unos paneles verticales en tonos marrones y naranjas, que hicieron las delicias de nuestras pequeñas y pequeños ilustradores y las mías propias porque han quedado increíblemente increíbles.
Utilizamos para pintar todas nuestras destrezas y una brocha de punta redonda, con la que estamparon todo su arte y su creatividad.
 ¿Os apetece verlo?
Pues aquí os dejo una pequeña muestra gráfica de las ganas que le ponen, y de lo que disfrutan.









Y una vez que he dado forma al talento de nuestras luciérnagas, así de bonito nos ha quedado, el segundo fondo para nuestro cuento. Juzgad vosotras mismas familias.


 Dejadme pensar y recordar momentos pasados; hemos teñido nuestros días de azul... de verde... de amarillo..., pero la primavera ya está aquí y con ella nuestro maravilloso monstruo rosa del amor. Así que, no se me ocurre mejor manera que trabajar este color a través de una instalación. Globos, posits, pajitas, cartulinas de diferentes tamaños, pinzas, cordones, perchas... un mundo rosa, con el que experimentamos, creamos, construimos, compartimos y con el que nos reímos mucho, mucho.







El miercoles llegó, y con él, otra nueva receta que preparar y degustar. En esta ocasión teníamos la visita de Vanesa, la mamá de Mateo, que venía cargada de fruta rica rica, con la que elaborar, unos deliciosos y sanísimos muñecos de nieve.
Vanesa entró al aula para presentarse y mostrar los ingredientes con las que nuestras luciérnagas llevarían a cabo la receta: plátano, melón, fresa y unas bolitas de chocolate, de lo más apetitosas.
Para facilitar la tarea, Vanesa realizó un muñeco de frutas, para mostrarnos la disposición de las mismas; para ello, contó con la colaboración de uno de nuestros fantásticos chefs: su hijo Mateo, que no dudó en brindar a su mamá, toda sus ganas y su buen hacer (si le dejamos, nos hace el solo todas las brochetas)


Y una vez, que Vanesa tuvo todo preparado, nos dispusimos a cocinar. He de confesaros, que teníamos tantas ganas de empezar, que en un par de ocasiones se nos olvidó lavarnos las manos a tiempo; pero en cuanto nos dimos cuenta (todavía no era tarde, bueno un poquito) enmendamos el error como es debido, metiéndonos otra vez en faena.
Y una cosa os voy a decir, porque el tiempo es limitado, y unos deben dejar paso a otros, pero os puedo asegurar, que si por ellos fuera, habrían estado haciendo muñecos de frutas toda la mañana.


Un cuerpito redondito de melón...


Con el plátano, una cara de impresión...


Un sombrero de roja fresa...


Pinchado todo, como si fuera una brocheta.


Y para terminar, dos ojos de chocolate.


Fijate que muñecos, ¡son de escaparate!


Qué ricos han quedado,
para comértelos, de un bocado.


He de confesar, que me encantan estos momentos; esos en los que la escuela abre sus puertas a las familias para compartir experiencias y regalar momentos en los que se crea magia; porque eso es lo que vivió Mateo en especial el miércoles, y los niños y niñas de clase con tu visita Vanesa, al regalarles tu tiempo y brindarles la oportunidad de aprender, compartir y disfrutar.
Quiero darte las gracias, por toda la dedicación que pusiste en todas y cada una de nuestras luciérnagas, ya que lo hiciste, de la misma manera que lo haces con tu pequeña luciérnaga: con todo el cariño del mundo; esa mañana, todos y todas se llamaron Mateo.


Y después del buen sabor de boca que deja siempre el taller de cocina, el jueves no podía ser menos y así llegó de cargadito, con sus colchonetas y su alegría. En esta ocasión, Amaya (como siempre) y Elena (que venia a hacerse cargo de la clase ese día), organizaron todo, haciendo un trabajo más que fantástico, ya que los niños se lo pasaron en grande.
Primero la psico...





y después, un poquito de compartir con nuestros amigos de la otra clase. Entre que pongo un gomet aquí y otro allá, desarrollo mi motricidad fina y encima, abro la puerta de mi entorno social para conocer un poquito más a mis compis de patio.
¡genial!




El viernes llegó acompañado de su dragón; ese que nos cuenta historias geniales para que podamos aprender un poquito más acerca de nuestras emociones. En esta ocasión, nos presento la máscara del monstruo rosa, y para seguir trabajando ese color y terminar con la emoción del amor,  nos propuso hacer la nuestra con tizas y trocitos triangulares de goma eva y pegamento.
Mirad qué bonitas quedaron.


Este fue el resultado final, pero el proceso fue mucho más interesante; centrados en su actividad, utilizando sus dedos con mayor precisión para coger y pegar  y creando libremente, de acuerdo a sus gustos y necesidades. Aquí os dejo una pequeña pincelada.

JIMENA, MATEO Y YON.



MARILYN, BRUNO, ENOC Y ALBA.


OLIVER, VALENTINA Y LOLA.



DANIELA Y LEIRE.



La semana no pudo finalizar de mejor manera.  La familia de Alba nos dejo en el aula un cuento que provoco con su lectura, un montón de carcajadas (me dejaron bien claro con sus risas, que no salia muy favorecida en el círculo central del cuento).
Y además, tuvimos a último hora de la mañana la visita de un familiar muy especial: Cloe, la hermana de Enoc. Les mostró cómo hacer un uso provechoso de la cocinita, del arco iris del aula y organizó de primera a los niños y niñas para la lectura del cuento, dejando bien claro, que o se sentaban bien, o no seguía.
 Os aviso familia: es una futura maestra en potencia.


Y COLORÍN COLORADO,
LAS HISTORIAS DE ESTA SEMANA,
 SE HAN TERMINADO.
HASTA LA PRÓXIMA AVENTURA Y QUE LA LUZ OS ACOMPAÑE FAMILIAS.

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