06 abril, 2020

RETIRADA DEL PAÑAL

Hola familias.

Estamos por aqui de nuevo, esta vez con una entrada que responde a muchas de las inquietudes que nos habéis hecho llegar durante estos días, ya que muchas familias estáis aprovechando el confinamiento para que vuestros/as pequeños dejen el pañal.

Queremos dejar claro que con ello, no pretendemos en ningún momento presionar ni a los niños/as ni a sus familias en este proceso,puesto que creemos en él y lo entendemos de una manera respetuosa, por lo que aquellas familias que sintáis que vuestros hijos/as no se encuentran preparados para ello, no os agobiéis, son pequeños y aún queda mucho tiempo.
Pues bien, nosotras queremos ofreceros unas pequeñas pautas para ayudaros con el proceso, ya que aunque lejos, estamos muy cerquita y así queremos que lo notéis.



PAUTAS PARA LA RETIRADA DEL PAÑAL








Cabe empezar diciendo que más que la retirada de pañal, deberíamos decir el abandono del pañal, ya que no es un proceso que debamos liderar los adultos, si no que deben ser los propios niños/as quienes se sientan preparados para ello.

En primer lugar, como en todo lo relacionado con el crecimiento del niño/a, el control de esfínteres y por lo tanto la posibilidad de dejar el pañal se trata de algo madurativo. Lo más importante es estar seguros de que nuestro hijo o hija está preparado/a.

 Si no se nos ocurriría cuestionar por qué un bebé de seis meses no camina, no deberíamos plantearnos antes de tiempo el quitar el pañal.

¿QUÉ SIGNIFICA ANTES DE TIEMPO?

Antes de tiempo significa antes de que nuestro hijo o hija esté preparado (recordemos que el pañal se lo pusimos nosotros y que él o ella no ha conocido otra cosa, pero tampoco lo llevará eternamente).

 Como en todos los aspectos de la crianza, todo llega cuando tiene que llegar, no cuando nosotros queremos porque nos va bien a nosotros como familia.

¿DE QUÉ DEPENDE?

El control de esfínteres va a depender del desarrollo del sistema nervioso central de cada niño/a. Es un proceso madurativo en el que poco a poco adquiere ese control. Va a depender de su madurez a nivel fisiológico y de su estabilidad emocional.
También debemos tener muy encuenta la parte emocional de todo esto: el pañal es lo que les ata a seguir siendo bebés, y eso en ocasiones, es difícil de querer dejarlo. 
El cambio de pañal es un momento que les vincula emocionalmente con su familia, es un momento de intimidad y de atención exclusiva a ellos/as, y es por ello por lo que muchos niños/as no están dispuestos a perderlo.

La parte emocional, por tanto es igual o más importante que la parte fisiológica. No olvidemos que en ocasiones, los niños lo consideran una parte de ellos mismos de la que no quieren deshacerse, lo cual puede llevar a estreñimiento, a miedo por mancharse...

¿CUÁNDO NOS LO PODEMOS EMPEZAR A PLANTEAR?

Se suele dar por sentado que entre los 22 y los 30 meses los niños y niñas ya controlan esfínteres y deberían por lo tanto ser capaces de dejar el pañal. Pues bien, algunos sí y otros no. De hecho, muchos siguen teniendo escapes pasados los tres años. Y es totalmente normal.

Antes de quitar el pañal, el niño/a debe pasar por distintas fases.:

  • ·         Primero, os avisará que tiene el pañal mojado o sucio, mostrará incomodidad, nombrará partes del cuerpo y pedirá que se lo cambies.
  • ·         Más adelante, empezará a notar que se lo hace encima y se anticipará para comunicártelo. Lo más probable es que en esa fase aún no controle del todo sus esfínteres y, pese a avisarte, tenga algún escape.
  • ·         En una tercera etapa será completamente capaz de decirte que tiene caca o pis y aguantarse las ganas.


En todas las fases es muy importante una buena comunicación y diálogo con el pequeño/a, ya que a estas edades ya entienden aquello que les decimos y ellos también son capaces de explicar cómo se sienten y cómo viven el proceso.

SEÑALES QUE NOS INDICAN QUE ESTÁN PREPARADOS:

  • ·         Quiere quitarse el pañal y así lo hace saber
  • ·         Se esconde cuando hace caca
  • ·         Dice que ha hecho pis o caca instantes después de haberlo hecho
  • ·         Quiere sentarse en el orinal o en el váter.

Deberemos tener en cuenta, como familia que éste, uno de los pasos más relevantes en lo que respecta al desarrollo y autonomía del niño o niña, no es un proceso necesariamente rápido y puede llevarnos unos cuantos meses consolidarlo. De hecho, será importante observar si el niño/a actúa de forma autónoma en otros aspectos de su vida (si ya coge solo los cubiertos, si colabora cuando lo vestimos…). Estos signos de independencia pueden contribuir positivamente al éxito de la operación pañal porque no se sentirá dependiente de sus adultos para conseguir lo que se espera de él/ella y podrá controlar los tiempos.



QUÉ SÍ HACER

Sabemos que muchas familias se marcan el verano como fecha para quitar el pañal, como si fuera algo inamovible, sin embargo, es importante hay que ver en qué etapa evolutiva se encuentra nuestro hijo o hija.

  • ·         Es cierto que en verano resulta más cómodo porque hay que limpiar menos, los niños/as pueden ir desnudos más fácilmente, etc., pero si el niño/a no ha dado señales de estar preparado, la época del año no nos garantiza nada y deberemos esperar hacerlo en otro momento más propicio.


  • ·         Otro punto muy importante para implicarlo en ese proceso, que al fin y al cabo es suyo, es que se sienta parte de él. Podemos proponerle comprar un orinal y que lo elija él/ella, así como dejarle jugar con él para familiarizarse, aunque al principio no lo use como orinal. Si le gusta, lo conoce y no lo ve como algo extraño, habrá más probabilidades de que quiera usarlo también para lo que sirve. Lo podemos colocar cerca del váter y que él normalice el hecho de sentarse en él. No será de un día para otro, pero que lo vea, sin necesidad de hacer muchos aspavientos, creará en él/ella curiosidad y ganas de imitarnos. En el caso de que no les atraiga el orinal, podemos proponerle incluso seguir usando el pañal, pero pidiéndole que nos avise cuando lo necesite. Hacerlo “donde toca” ya vendrá. También es importante que sea él/ella  quien se baje y suba el calzoncillo y se le deje experimentar con las sensaciones de su propio cuerpo.

  • Es importante tener en cuenta que durante este proceso, es decisión de ellos ponerse o no el pañal, así como decidir cuando quieren ponerse braguita/calzoncillo.

  • ·         Es fundamental normalizar el hecho de hacer pipí y caca, no valorarlo como algo excepcional. Hablaremos con ellos/as de qué es, cómo sale, donde se suele hacer, qué pasa si uno se lo hace encima, etcétera. Pero siempre con naturalidad y sin recriminar ni acusar. Para ello, podemos apoyarnos en libros sobre el tema (en este caso, la caca) como los que os proponemos:









  • ·         Darle la posibilidad de elegir entre usar el orinal o el retrete y preparar el ambiente para facilitarle este proceso. Para ello es importante facilitarle el orinal, un adaptador de taza de váter o un escalón para que vea que puede alcanzarlo de forma autónoma y libre, sin presión y con normalidad


  • ·         Quitar el pañal por la noche puede llevarnos más tiempo; de hecho, es normal que hasta los 5 años no se controle del todo. Empezaremos por no quitárselo y preguntarle si tiene pipí antes de acostarse y siempre que se levante espontáneamente. Si durante unos cuantos días se ha levantado seco/a, optaremos por retirárselo, aconsejando usar un protector de cama impermeable, y teniendo el orinal cerca y el baño accesible por si al desvelarse o levantarse debe usarlo. 


  • ·         Para que el niño/a vaya adquiriendo control y autonomía, lo mejor es ropa cómoda que sea fácil de quitar y poner (evitad los bodys, botones…)

QUÉ NO HACER

Tan o más importante como lo que potenciaremos es lo que evitaremos.

  • ·         Evitaremos las expresiones como “deberías hacer tal porque ya eres mayor”, “tienes que hacer pipí en el orinal porque ya no eres un bebé”. Si no lo hace es porque simplemente no puede, no está preparado, no porque quiera seguir siendo pequeño o nos quiera desafiar. Más productivo para su autoestima y su confianza (en él o ella mismo/a y en nosotros) que recriminar será felicitarlo cuando por iniciativa propia vaya al orinal o nos pida que le acompañemos. De todas formas, como hemos dicho, sin hacer de este acto nada más ni nada menos que lo que es, un acto cotidiano que hay que normalizar e incorporar.


  • ·         Tampoco se ha de comparar su evolución y su éxito o fracaso con el de otros niños/as de la familia o amigos, tengan la edad que tengan. Y todavía menos dejarle en evidencia si se le escapan sus necesidades en un momento en que esté sin pañal. Le explicaremos lo que ha pasado, como se puede evitar la próxima vez (“si tienes ganas me puedes avisar y vamos al baño o ponemos el pañal”), le diremos que un día lo hará en el orinal o en el retrete, que es donde se hace, y lo limpiaremos. Nunca reñiremos ni premiaremos, justamente para naturalizar el hecho y no promover situaciones de chantaje ni dejar entrever que es algo tan excepcional que hay que premiar.


  • ·         Si consideramos que el niño/a está preparado será el momento de probar a retirar el pañal, pero es recomendable no hacerlo coincidir con cambios en su rutina personal o familiar (la llegada de un hermano, un cambio de casa, etc.) ni con la etapa más fuerte de rabietas, preferiblemente (sabiendo que es probable que por edad coincida). SI el niño/a está nervioso/a por otros motivos, será más difícil (emocionalmente y físicamente) que consiga controlar sus esfínteres e implicarse en el proceso. 


  • ·         Explicarles siempre lo que se espera de él/ella “cuando tengas ganas de hacer pis o caca me avisas” No hay que atosigarles ni preguntarles mil veces, sólo recordarles de vez en cuando. Para que vaya interiorizando el hábito podemos recordárselo en momentos concretos del día (nada más levantarse, después de cada comida…) Es fundamental no hacerse pesados y no permitir que otros miembros de la familia lo sean. Recuerde que los niños/as pequeños también sienten vergüenza.


¿Y SI NO SALE BIEN?

Si a pesar de seguir estas pautas, el resultado no es el esperado querrá decir que el niño/a todavía no está preparado para abandonar el pañal. Sin frustración, ni reproches, sino con empatía, acompañamiento y confianza, lo volveremos a usar y esperaremos a más adelante para repetir la operación. Porque, al final, todo llega.

Cada niño/a tiene su propio ritmo, no os agobiéis. Dejar el pañal es un proceso con avances, retrocesos y muchas veces, lento. ¡Mucho ánimo!

















2 comentarios :

  1. Muchas Gracias por estos consejos tan valiosos y palabras que animan. Gracias Profe's!

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  2. Gracias a vosotros/as por toda esa paciencia. Estamos para lo que necesitéis :)

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