¡YA ESTAMOS POR AQUÍ!
Pues sí, amigos, las vacaciones ya terminaron y toca la temida vuelta al cole. ¡Qué rápido se pasa lo bueno!
Pero eso significa nuevo año, nuevos retos por cumplir y nuevas experiencias para nuestras pequeñas luciérnagas, a las que tengo que ser sincera, he echado de menos.
Así que, vamos a lo importante, a contaros cómo transcurrió la primera (y dura) semana tras las vacaciones.

A alguna luciérnaga no le gustaba mucho la idea de tener que volver al cole, pero...la cosa cambió cuando vieron que bajo nuestro pequeño árbol de navidad, se encontraban tres regalitos. Sus Majestades de Oriente debieron hacer una pequeña paradita en nuestra clase, así, que, ¿Qué mejor manera de empezar un lunes que abriendo regalos?
Disfrutamos tanto de nuestros nuevos juguetes que la mañana se nos pasó volando entre risas y juego.
Durante la semana, Cleo apareció con unas láminas sobre faraones de las que aprendimos alguna que otra curiosidad y llevamos a cabo un taller donde vestimos y decoramos la silueta de nuestra egipcia.
A través de los faraones, aprendimos que les gustaba mucho tener pequeños tesoros escondidos, y de eso nosotros sabemos un montón, así que nos pusimos manos a la obra a desenterrar en la arena pequeños tesoros y a asociarlos con su pareja.
¡Cómo nos gusta experimentar con diferentes texturas!
Y una vez terminada la misión, el día seguía cargado de aventuras, nos visitaba Alba, nuestra especialista en audición y lenguaje, para llevar a cabo con nosotros un taller de estimulación del lenguaje.
Para ello, nos presentó a su inseparable amigo "Cepillo", al cual nos presentamos ( a alguno le pudo la timidez).
¡Gracias Alba, prometemos estar un poco más receptivos la próxima vez!
Fue un día de lo más completo: tuvimos tiempo de experimentar con las bandejas de arena, de llevar a cabo nuestra relajación, de disfrutar de nuestros nuevos juguetes...
Terminábamos la semana de una manera muy especial, con el cumpleaños de Ana, que cumplía 3 años. ¡Muchas felicidades, preciosa, y muchas gracias por ese bizcocho tan rico del que no quedaron ni las migas! Mmmmmmmmmmmmmmmm....
Además, ya sabéis, que los viernes los dedicamos a trabajar de manera más específica, la educación emocional. Esta semana, le tocaba el turno a la presentación del monstruo triste, mediante el cual conocimos la emoción de la tristeza y la asociamos con el color de dicho monstruo: el azul.
Para ello, trabajamos con unas bandejas de sal (cómo el sabor de nuestras lágrimas cuando estamos tristes). Pero...esta sal está un poco "sosa"...¿Qué tal si la ponemos del color de la tristeza?
Y así fue. Colorante azul...pipetas...y al lío.
Fue genial ver cómo cada uno de ellos lo realizaba de manera diferente. Unos usaban la pipeta y el colorante para ir echando gota a gota en la sal, otros la cogían a puñados y la echaban directamente en el colorante...¡Viva la diversidad!
Y así hemos pasado la primera semana tras la vuelta de las vacaciones.
Espero que os haya gustado y os animéis a dejarnos algún comentario...
SED FELICES Y BRILLAD CON LUZ PROPIA.
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